Hernia de Disco Lumbar

Nadie se entera que en su cuerpo existe una cintura o un nervio ciático, hasta que un disco se lo recuerda y el paciente, difícilmente olvide los dolores, que fuera de no ser leves, son de larga y tediosa duración.


Anatómicamente, un disco intervertebral, tiene una consistencia pulposa, que actúa como separador, amortiguador y unión de las vértebras y vive en un habitáculo, en el que piso y techo son vértebras y las paredes están formadas por un fibrocartílago que lo contienen herméticamente. Cuando por diversas causas, generalmente esfuerzos, se rompe este anillo fibroso, el disco sale por esta puerta, comprimiendo todo lo que encuentra a su paso, que habitualmente son el nervio ciático o crural. Esta compresión puede ser causa de algias o neuritis graves. Se afectan con mayor frecuencia los discos del cuarto y quinto espacios lumbares. El 60% de las hernias discales se observan en hombres y el resto en mujeres. Una hernia de disco no es una enfermedad, es un accidente que se produce en condiciones psicofísicas determinadas y que por la lentitud de su recuperación, siembra la incertidumbre en los pacientes.



El principal síntoma es el dolor del nervio; éste se inicia en la región lumbar, recorriendo el glúteo, muslo,rodilla, pantorrilla y pie, con una sensación aguda de quemazón o laceración, que obliga al paciente a encoger la pierna y a estar encorvado, buscando la posición de menor dolor. El padecimiento es tan intenso que cuesta tanto acostarse como levantarse o hacer movimientos tan simples como ir al baño, toser o estornudar. Todos los movimientos son lentos y serpenteantes. El espasmo doloroso se extiende a los músculos espinales, que tienden a contracturar y bloquear la columna, dejándola rígida, para impedir cualquier nueva compresión del nervio, a ésto se lo denomina espasmo protector. Ciertamente, semejante dolor, cambia el carácter de la persona, que viendo correr los días, sin soluciones, se irrita e irrita a quienes lo rodean. En el examen clínico es importante ver el estado general del paciente, ya que éste nos dará la magnitud de la hernia, con una lesión del nervio que va desde el dolor a la invalidez de la pierna afectada. Un nervio lleva el impulso eléctrico, desde la médula hasta los músculos; un disco herniado interrumpe este flujo, dejando esos músculos sin gobierno, dando el llamado ciático paralizante. Fuera del interrogatorio y la clínica, ésta afección se corrobora con estudios que no son de los más sencillos, ya que los discos son transparentes a los rayos x y para poder verlos hay que teñirlos con una sustancia de contraste. Antes, estos estudios eran incómodos para cualquiera, pero hoy la tomografía computada o los estudios de resonancia magnética, la situación cambió, obteniéndose mejores resultados y sin riesgos.



Ahora entremos en una de las más interesantes preguntas: ¿cómo se cura?

Un disco cuando está fuera de lugar, no tiene opciones valederas, o sea lo reubica o se lo saca. Estas drásticas soluciones están basadas en que siendo una afección tan común, se ha creado todo tipo de tratamientos, en ocasiones no tan exitosos o de poca base científica y esclarecer el tema, es imperioso.



Un disco se reacomoda por medio de quiropraxia o de reposo absoluto, ya que éste tiende a volver a su lugar, dándole tiempo y evitando la sobrecarga de columna. De pie, cada disco soporta toda la presión del peso del cuerpo, si nos acostamos o usamos un corset (de yeso o ballenado), cada disco soporta solo su propio peso y esta presión se reduce a la mitad. El otro método es el quirúrgico, que va dirigido a la extirpación del disco.