Artrosis Cervical

La artrosis cervical es aquella que afecta a la columna cervical, que está formada por siete vértebras y discos intervertebrales, que son los "cojines amortiguadores" que existen entre una vértebra y otra. Consiste en una degeneración del cartílago presente en las articulaciones que existen entre cada vértebra, como consecuencia, habitualmente, del proceso de envejecimiento.


Progresivamente, la degeneración avanza y comienza a afectar a los discos intervertebrales y a las propias vértebras, que empiezan a producir hueso fuera de los límites naturales de la vértebra en forma de "rebabas" de hueso, que poco a poco van estrechando el espacio que tienen y la médula espinal y los nervios a su salida hacia los brazos y hombros. Estos nervios, al sufrir compresión, comienzan a inflamarse, produciendo dolor, que se irradia hacia los hombros, y en ocasiones,hacia los brazos.La artrosis cervical tiende a aparecer entre los 30 y 50 años, y avanza junto con el proceso natural de envejecimiento, por tanto empeora progresivamente con los años. A la edad de 50 años, casi todo el mundo tiene signos de deterioro o desgaste en la columna cervical, pero este desgaste no siempre se acompaña de dolor y síntomas desagradables.
Cuando esta enfermedad es grave, un golpe fuerte o un giro brusco del cuello pueden empeorar los síntomas mucho, hasta llegar a provocar afectación de la fuerza y la sensibilidad en las piernas por daño en la médula espinal y los nervios.


Síntomas

- Dolor crónico en el cuello, que empeora con el movimiento
- Debilidad muscular, con sensación de adormecimiento en hombros, brazos e incluso en manos y dedos
- Rigidez, que puede limitar los movimientos del cuello
- Dolores de cabeza
- Pérdida de equilibrio

La degeneración de las vértebras cervicales puede provocar distintos tipos de trastornos que afectan a la médula espinal y a las raíces nerviosas. Aparecen puentes óseos llamados osteofitos, que disminuyen el espacio disponible para los nervios y la médula, y limitan el movimiento del cuello.
En algunas ocasiones alguno de los discos situados entre las vértebras puede romperse y herniarse, es decir, sobresalir por detrás hacia el canal de la médula. Esto contribuye todavía más a la compresión sobre la médula y los nervios. Un problema distinto es la herniación o salida aislada de un disco intervertebral hacia atrás de forma brusca, sin degeneración asociada, lo que puede ocurrir también en personas más jóvenes. Esto suele producir síntomas muy intensos, que la mayoría de las veces consisten en dolor y afectación en brazos y manos, en vez de dolor en el propio cuello.
Entre un 5% y un 10% de los pacientes con artrosis cervical con síntomas, pueden presentar además afectación de la médula y los nervios que descienden hacia la parte baja del cuerpo y las piernas, provocando debilidad y espasticidad en las piernas, pérdida de equilibrio e incontinencia urinaria. Por extraño que parezca, en estos casos no suele aparecer dolor en el cuello o en los hombros.